La Ingeniería, en general, está perseguida como lo estuvieron otros estamentos de la sociedad en épocas pasadas con la CNC como abanderada valiéndose de conceptos generales de la Ley Ómnibus y comparaciones de otros tiempos. El único Colegio de Ingenieros Aeronáuticos de España, COIAE, desarrolla un servicio amparado por la constitución española que define la creación de colegios profesionales, con sus principales principios que son garantizar la seguridad aérea, la excelencia en la ingeniería aeronáutica, buscando mejorar la calidad de vida, la libre competencia de los profesionales cualificados y la libertad de mercado. Ese es el actual marco del COIAE.
Se debe garantizar la seguridad de las personas con profesionales cualificados y proyectos visados por autoridad competente que diferencie la necesidad de prestar un servicio de calidad y sobre todo seguro a la sociedad. La defensa de unos niveles académicos en los profesionales redunda en asegurar unos adecuados servicios profesionales tanto a nivel nacional como internacional permitiendo el adecuado desarrollo de la sociedad española.
Frente a la idea del corporativismo surge la duda de la incompetencia y de abrir la posibilidad a que la seguridad aérea se convierta en un papel definido por el ciudadano y con el ansia de liberalizar se convierta en un indefinido paradigma de lo absurdo: cómo certificar una aeronave, cómo garantizar que el edificio terminal no se destruye por cargas o diseño inadecuado, cómo garantizar la navegación aérea de miles de aviones, cómo certificar un sistema de motopropulsión de una aeronave,… y un sin fin de necesidades tecnológicas que pueden ser un verdadero lastre para una sociedad avanzada si no se desarrollan por profesionales cualificados.
Nuestro colegio debe tener colegiación obligatoria porque todas sus actividades desarrollan precisamente la Seguridad de las Personas en el medio aéreo y porque su impacto en la sociedad, economía y desarrollo del país es evidente.
En el mundo de los colegios profesionales una disparidad que llama la atención es en las denominadas carreras técnicas. Hasta el año 2009, arquitectos e ingenieros debían colegiarse y pagar el visado al colegio para levantar una obra. Esa situación cambió con la entrada en vigor de la Ley Ómnibus, pero sólo para los ingenieros.
Se debe tener la garantía de que la ingeniería la desarrolla un ingeniero acreditado con la garantía del visado, que supone aseguramiento de la responsabilidad frente al cliente, usuario y al consumidor. Pero los Colegios son entidades de derecho público y deben aplicar las leyes deontológicas según se obliga en la Ley Ómnibus y esto sólo se puede conseguir con la colegiación obligatoria.
Esperamos que los políticos y legisladores reflexionen sobre estas cuestiones y no destruyan la capacidad de desarrollo de la ingeniería aeronáutica, su seguridad nacional y la posibilidad de ser el 4º país con mayor turismo del mundo gracias al desarrollo del Transporte Aéreo y de sus infraestructuras aeroportuarias.